Si echo la vista atrás aún puedo sentirlo. El odio por el espejo en el que empezaste a mirar tus músculos en vez de a mí. El odio por el espejo en el que esa zorra se repasaba el carmín que luego encontré en tus camisas. El odio por el espejo donde yo volcaba el polvo con el que quise olvidarte. Me he hecho más dura, más fría, pero el odio no se va. Sólo está escondido, esperando paciente su momento.
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3 Comments:
Anoche leí esto. Después, de madrugada, durante unas horas de éstas de insomnio, estuve a punto de escribirte y contarte una historia.
Me ha encantado el post. Genial.
Escríbeme esa historia...y gracias, me alegra que te haya gustado el post.
Me ha gustado mucho el post, de verdad.
Y la historia, sí, algún día de éstos...
Besos
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