Quinientos de los grandes. Ahora. Pero asegurese de que no quiere volver, señor Tadevski. No podrá. ¿Es que vas a matarme, Lanegan? Se ríe. Se ríe en mi puta cara. No, señor Tadevski, no sería rentable. Ya hay demasiados que le matarían gratis. Nadie me pagaría por ello. Lanegan, ¿No irán a por ti en cuanto se descubra la movida? Vuelve a reírse. Se descojona el cabrón. Señor Tadevski, no finja que le importo. No haré mejor el trabajo por eso. Mire señor Tadevski, es usted un hijo de puta, pero me va a pagar quinientos de los grandes y eso, eso es mi jodida religión. Las próximas doce horas le amo, señor Tadevski.
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1 Comment:
Escuchando Lava love de Maika Makovski cuando se me ocurrió esto...
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